domingo, 7 de diciembre de 2008

“Timing” de la vida misma

Mi afición por la generación de conceptos, por supuesto, ninguno verdaderamente científico, me ha llevado a pensar distintas cosas, objetos, etc., desde un desglosamiento de los distintos conceptos que conforman ese objeto. Así, el tiempo me ha llevado a pensar, desde esta visión, en la vida misma.
Al intentar conceptuar distintos aspectos de la vida, logré identificar un GRAN concepto, valga la redundancia, que me parece valido mencionar.
Este concepto que me llamó la atención es eso que voy a llamar “el timing” o para argentinizarlo podemos decir “taimin”, muy bien, veamos.
El “timing” es básicamente una sucesión de hechos y circunstancias que se dan al mismo tiempo y en un preciso momento de nuestras vidas, ya sea que el “timing” dure unos minutos o unos días. El mismo, puede ser de índole positiva, negativa o simplemente molesta, también puede generar resultados variados, ya sea que todo lo que se junta a través del “timing” puede ser superado con éxito o no y en el medio distintos grados de éxito.
El “timing” puede ser confundido, a veces con razón, con la frase que dice: “me sigue una nube negra”, la diferencia mayor que existe entre ambos conceptos en que el “timing” puede ser un cúmulo de circunstancias positivas, cuando la “nube negra” siempre es relacionada a la “mala leche” o suerte desgraciada. Por esto, no debemos atribuir al “timing” una carga negativa o peyorativa, dado que, por lo expuesto, esto sería cometer un error.
Con la definición básica del “timing” en nuestras manos paso al relato de situaciones explicativas del concepto aquí tratado. Par el caso se darán un ejemplo que los lectores juzgarán si se trata de caso con una carga negativa o de “mala leche” o positiva o de “qué ort…”, para dejar abierta la invitación a buscar en sus memorias situaciones, no tan explicitas o extremas como la aquí relatada, pero que seguramente asenttaran lo antes dicho.

No recuerdo exactamente el año, si que era jueves, pero lo más impotante, recuerdo una sucesión de hechos que casi cambian mi vida por completo. Todo comenzó en un julio que marcaba el fin de un cuatrimestre más en mi carrera universitaria. El primer aviso de “timing” fue cuando tomé la feliz decisión de salir hacia Viedma desde Cap. Fed., para ser más preciso, de la estación terminal de Retiro, allí me dirigí luego de dejar todo organizado como para que a la vuelta no haya pasado nada con nada de lo que no debía pasar, en fin, la cosa es que en esa época Retiro se llena de mucha, pero mucha gente que quiere, como yo y con todo su derecho, irse de vacaciones. Al llegar a Retiro, por cierto en hora pico, ya se respiraba un aire de mal momento, no solo para mí, para todos los pasajeros, claro, el vivir en un frasco durante la época de finales me hacia un ignorante de las nuevas noticias, por lo que me encontré anonadado con la noticia de un paro de chóferes de larga distancia, pero nos dijeron que aguardemos, cito “a ver si se soluciona el problemita este”. El tema es que no se solucionaba y las horas pasaban, yo que debía haber partido a las 7:40 PM, no lo había hecho y eran ya las 2 AM, por lo que decidí irme a dormir y esperar por noticias al otro día bien temprano, por lo que debía levantarme y llama a eso de las 7:30 AM, y así fue como me levante a esa hora para escuchar que no salía ese día a la mañana, que llamara a la tarde. Bien, hasta aquí, puede ser que hablemos de un mal momento singular.
A la tarde, con la confirmación de que no viajaba ese viernes a la tarde, tampoco, me dirigí a lo de un amigo para buscar unos discos que quería y no había ttenido tiempo de buscar antes, bien, a los pocos metros de haber salido de la casa de mi amigo con los discos en la mano, cruzo la calle y siento un fuerte golpe que me tira al piso, pero del susto o de reflejo me levanto y termino de cruzar la calle, lo ocurrido fue que, admito no haber cruzado por la esquina, un taxi en marcha atrás me embistió sin miramientos, por suerte solo fue un golpe que me dejo con un poco de dolor en las costillas por un par de días, pero nada más. Aquí, el segundo hecho en menos de 24 horas.
Finalmente, el viaje al sur comenzó, claro que salí el sábado a las 11 AM, más de un día y medio de atraso, pero eran buenas vacaciones, no me molestaba mucho.
Al llegar a Viedma, a las 11 PM, cené unas salchichas y a una fiesta con amigos, así que si tenemos en cuenta el cansancio y lo poco que había cenado, dure fresco un par de horas en Viedma, a lo que comienzan los hachos que trataron de socavar todo el gozo por la vida que tenia.
Cerca de las 4 AM me dan una noticia relacionada a lo afectivo, que fue confirmada poco después, que me golpeo bastante duro, pero que se le va hacer, todo pasa como dice Don Julio, así que la noche termino medio bajón, si se me permita la expresión.
Bien, domingo de resaca, mal humor y tristeza, pero no mucho más. Lunes, fiebre, gripe, fuerte, como para quedar encerrado. Martes, día del amigo, muy festejado por ese entonces, yo, en casa, solo, en cama, mi hermano y mis amigos de joda, es más, un amigo parando en casa, llegan a la mañana y me despiertan con un pedo y con lo maravilloso de la puta noche y fiesta del fucking amigo del orto, yo con gripe, ¡que bueno! Respondí.
Resto de la semana, sin mayores sobresaltos, sábado (porque el viernes seguía guardado), otra vez, ah, la revancha, mía al fin, pero, a mitad de la noche me preguntan: “qué tenes en la cara”, un espejo me muestra la cara muy hinchada de un costado y al abrir la boca se ve a simple vista, muy simple vista, un flemón del tamaño de un chupetín bolita, que era lo que parecía que tenia cuando cerraba la boca. La re putísima madre que lo re mil re contra re mil parió, fue mi pensar entonces y después también.
Lunes, al dentista, tratamiento de conducto y nervio destrozado, vaya uno a saber por qué mierda, pero luego de un buen rato, el dolor cesó.
Esa, fue la primera semana de vacaciones que tuve el agrado de disfrutar aquel año, y así y todo, fueron unas grandes vacaciones que pude disfrutar con mi familia y mis amigos.

Bien, dejo así el ejemplo de un “timing” tan preciso que creo y deseo, que no se va a volver a repetir en un buen tiempo, aunque con el “timing” todo puede pasar al mismo tiempo, para poner nuestras capacidades a prueba.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Limpieza


Es difícil entender los motivos que llevan a uno a juntar o guardar determinadas cosas, bueno, en realidad no es tan difícil, uno puede atribuir determinados comportamientos a determinadas cuestiones psicológicas, pero eso es para otro momento.
Durante el fin de semana o finde, para decirlo más jovialmente, tuve el deber, pero más que nada, la necesidad de hacer un poco de limpieza de cosas, no de barrer o pasar el trapo. Limpieza de tirar, con lo que me cuesta tirar porquerías, así fue dispuesto que el sábado o el domingo a más tardar la habitación debía quedar un poco más espaciosa.
Lo primero que se me ocurre, luego de consumado el hecho, (es decir, que tiré un montón de cosas) tiene que ver con las modas. Dentro de todo lo que tiré había bastante rompa, que por suerte llegó rápido a manos de alguien que la necesitaba más que yo, y me llamó la atención el encontrar ropas de modas pasadas, ropas que hoy no me pondría, que me parecen feas. Bien, esto puede parecer normal, pero hete aquí la reflexión: todos los que me conocen saben que no soy alguien que precisamente sigue la moda, es más, hasta llegué a decir de mi que no tengo gusto, ni malo ni bueno, no gusto, por la moda claro está, sin embargo, la dinámica de la moda está tan metida en la gente y su vestimenta en cuanto a lo temporal de la misma que generó en mí ver como algo feo una ropa que usé en otro momento del tiempo y que no me había parecido de esa forma antes, por lo que infiero que por más que uno no preste atención a la moda, cuando esta pasa de moda, uno lo nota, queramos o no, somos presos de las modas.
Lo segundo que me llama a la reflexión es el tipo de cosas que tiré, más que nada lo curioso de algunas cosas que guardaba, por ejemplo, en el cuarto había un caja que tenía en su interior unas cien cajitas de cigarrillos vacíos, vaya uno a saber para que mierda guardé eso, pero aun así, no quería tirarlo, debido a un pensamiento del tipo “de algo me va a servir”, más allá de lo inútil que pueden ser cien cajitas de cigarrillos vacíos, en fin, lo mismo se puede aplicar a cosas como mazos de cartas incompletos, para qué guardarlos, pero ahí estaban. Otra cosa que tiré fue la caja del televisor, grande y molesta por donde se la mire, pero la tenía en el cuarto por si servía para algo, evidentemente sirvió para algo, ahí metí todas las porquerías que tiré, ah, lo mejor y más caro que tiré fueron un teclado de computadora y unos pedazos de una impresora vieja, por supuesto nada de esto servia, pero, repito, ahí estaban.
Pero lo que más me preocupó no fueron las cosas que tiré, sino las cosas que no tiré y estoy seguro que no voy a tirar, lo que reduce todo a una frase muy trillada y utilizada por algunas amistades: qué necesidad, qué necesidad

viernes, 31 de octubre de 2008

Slow Motion Picture?

Tengo la sensación de que toda mi vida, desde mi adolescencia en realidad, he tratado de matarme, pero con una lentitud tal, que creo que tendría que vivir más de cien años para poder cumplir mi misión y matarme al fin. Tal es el ritmo de aletargado de suicidio que ha logrado aburrirme, si es así, me aburrí de este daño constante, pero casi inofensivo, que he estado produciendo hacia mí persona. De todas formas, son unos cuantos años de este comportamiento, iba a decir animal, pero no he hecho mucho salvaje para matarme, así que no, mejor digo comportamiento inadecuado y ligeramente insalubre. Bien, recuerdo algunos incidentes a propósito de esta conducta, una vez salte unos barriles de algo con mi bicicleta, caí mal y me di la cabeza contra el asfalto, pero no paso a mayores, otra vez comí muchas papas fritas, pero ni el colesterol me subió, en otra ocasión prendí un cigarrillo, pero después de un tiempo lo único que me trajo fue algún catarro y menos plata en el bolsillo, así que me canse y hace un tiempito lo deje. Tantos recuerdos de mis intentos inofensivos de auto inflingirme la muerte, son muchos, las cervezas, cuantas y nunca nada, ni un coma alcohólico, solo algunas borracheras y otros tantos papelones. Ah! Ya me canse, al parecer, igual todavía alguna comidita en exceso me voy a mandar y alguna birrita demás también, pero ya me cansé, va, mi cuerpo parece un poco más cansado que yo y me ha estado recordando que no le gusta nada lo que he estado haciendo con él, así que me tiró la bronca y ahora estoy con una dieta y dos pastillas diarias y un polvo de no sé qué después de cenar, esto es por un tiempo, espero, porque reventé el sistema digestivo. Mis piernas también se hacen notar y si no me opero la rodilla en un tiempo razonable, también va a reventar, pero mucho peor. Y así estamos estos días de noticias fuertes para el físico de quien suscribe, al parecer no solo mi intento de suicidarme muy, pero muy lentamente es aburrido, sino que después de un tiempo deja algunas secuelas muy molestas, así que simplemente digo que me llene las castañas, para graficarlo de una manera más legible, y como dice un tal Fran “acabemos con esta farsa”.
Bueno gente, cuídese un poco, si no lo hace, no se preocupe, la medicina es cada vez más moderna y con algo de plata, lo médicos que se consiguen son muy buenos, y si eso tampoco le va, bueno reviente cual piñata de cumpleaños que después alguien barre el piso.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Hojas sueltas

Ayer, por dar a usted un momento en el tiempo, en la calle donde viven tantas gentes, por decir de un lugar, se me perdieron las ansias de una derrota, porque, paradójicamente, la encontré. Esa tarde fui derrotado, abatido, como el peor de los roedores, cazado por la majestuosa ave de rapiña, la que todo lo alcanza. Y así fue que no opuse resistencia a los ataques, claro, por mis ansias. La derrota enseña, dicen algunos, pero yo no he aprendido nada, solo perdí mis ansias y tal vez, mi voracidad por saber que ocurre, los encuentros, ya no son lo mío.

Y es así que pedí el sentido, aun no lo recupero, pero no me molesta, mientras nada tenga sentido aquí, yo no voy a estar desubicado, pero me preocupa otra cosa. Lo difícil que puede ser perderlo todo, uno normalmente nunca pierde todo, solo algo. Pero perderlo todo, eso es algo fantástico, imposible, aun así, sucede todo el tiempo, en nuestro alrededor, solo que tenemos el problema de haber perdido la aceptación de lo cotidiano y hemos anestesiado esta cotidianeidad con mucha, pero mucha normalidad.

El gran plan que hay en todos, ese que está latente, solo saldrá a la luz en la situación correcta, creo que el pederlo todo lo amerita, por lo menos una insinuación a este. La verdad, ya nada importa, porque ya nada tendrás. Perfección en la ausencia, ese es el logro de perderlo todo, para muchos es suficiente como para descansar en paz, pero para otros, la perfección es solo el comienzo del fin, eso los pone un poco nerviosos y muy temerosos.

El fin es simplemente lo que viene después de todo, después de cualquier cosa viene el fin, no puede ser de otra forma. Después de algo o viene otra cosa o la nada, y ambas cosas significan el fin de ese algo anterior, así que temer, nervios, no hay motivos, convivimos con el fin en todo momento, pero otra vez, no lo aceptamos y ahí quedamos pasmados por lo abrumadora que puede ser la verdad hecha un golpe de puño al mentón, mi derrota, quisiera poder aceptarla, eso sería aprender de ella.

No estamos hechos para aprender de una derrota, siempre queremos volver a perder, al fin y al cabo, todo se trata de perder algo más que una pelea.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Despertar

Despertar, su deseo y su realidad, ambos se mezclan y resaltan los errores de la noche anterior.
Todo gira todavía, las paredes aumentan su tamaño y lo disminuyen sin consultarle.
Esas ganas del vomito, son fuertes ahora, pero no, todavía resiste su destino.
Es un lugar extraño, eso es alarmante para él, no sabe donde está.
El miedo crece, la arrogancia lo guió hasta ahí, pero ahora la ignorancia lo llena y lo congela.
Esa ignorancia es de proporciones apocalípticas, al menos para él, su mundo no es ese lugar apestoso, con poca luz, paredes húmedas, de pisos sucios y vidrios rotos.
El miedo sigue creciendo, qué pasó, qué hice, pero no lo sabe, no aun. Las preguntas se multiplican y la respuesta sigue siendo una, no lo sé, no lo sé, se repite constantemente.
Un sonido lo alarma, son pasos, alguien viene. Se incorpora, como puede, su espalda se apoya en la pared, sin su ayuda el mareo sería demasiado.
Los deseos ya no son los comunes, ahora solo quiere regresar, estar bien y esos pasos, que no sean nada malo. Pero nada sabe.
Los pasos se detienen, ahora ve una puerta cerrada, y piensa, está ahí, alguien se detuvo detrás de la puerta.
Su respiración lo ensordece, no puede oír que pasa, se agita y tiembla, la resaca es cada vez más fuerte, el miedo la agiganta.
Logra calmarse un poco y escucha, más pasos, se detienen detrás de la puerta.
Ahora son dos personas detrás de la puerta, piensa y se asusta más y reza, reza por su vida, no sabe que pasará.
La tensión lo mantiene en pie, pero sus piernas tiemblan cada vez más.
Escucha palabras, es otro idioma, no sabe que dicen esas voces, son hombres.
Cada segundo es más aterrador y la puerta sigue cerrada, por suerte, piensa.
Las voces cesan, los pasos se alejan, puede relajarse por un instante, pero el miedo sigue.
Busca la forma de recuperar sus fuerzas para salir de ahí, se promete cambiar, no sabe qué cambiará, pero se promete un cambio, tal vez eso malo que siempre hace.
Vuelve a intentar recordar algo, nada, solo sabe que salió de su casa y aun no ha vuelto.
La vida en un instante, cree verla pasar, su futuro solo es esa puerta, qué o quien está ahí. No lo sabe, pero sabe que debe cruzarla y se aterra.
Los segundos ahora son más largos, los rezos continuos, nunca fue muy religioso, pero hoy, no cree que nada más que su dios puede salvarlo y eso, eso está por verse.
Ya no importa lo que hizo, solo esa puerta le preocupa, del resto, ruega tener tiempo para pensarlo.
Han pasado unos minutos y el silencio es abrumador, nunca estuvo tan solo, pero es hora, la puerta debe ser abierta. Las dudas y los miedos se exacerban gracias a la imaginación y no saber que hay detrás de esas pulgadas de madera recortada. Todo se reduce a un solo impulso, vivir, es todo para él, es lo único que tiene en este horrible momento, su vida.
Intenta llegar a la puerta sigilosamente, alcanza el picaporte, es la ultima duda, girarlo o esperar, no hay muchas opciones.
La puerta se abre, nunca estuvo con llave, eso le extraña y lo ilusiona, piensa, “tal vez no he sido raptado, no dejarían la puerta abierta”. Dios, dios, dios, dios, eso es lo que repite una y otra vez, como si con eso bastara, no, piensa, los pecados, los estoy pagando, tal vez mi suerte viene a cobrar.
La puerta se abre suavemente, gracias a dios, dice, no hace ruido alguno. Del otro lado un largo pasillo y dos puertas más. Qué puerta debe tomar, el horror genera un fuego en su interior que es insoportable, eso lo apura a decidir con cierta resignación, como si el final se acercara y fuera inevitable.
Al acercarse a una de las puertas oye música, un piano, una guitarra, un bajo, una voz, la reconoce, “while my guitar gently weeps”, una mezcla de incertidumbre y curiosidad lo acercan a la puerta un poco más.
Una voz femenina que canta sobre el tema, la intriga es mayor y el miedo no es tan grande, la situación lo supera. Sin decidirse y en un impulso, abre la puerta.
La sorpresa es inmensa, jamás hubiera pensado ver eso. La habitación que se aparece frente a sus ojos le es familiar. El miedo y la angustia comienzan a transformarse en esperanza, su cuerpo ya no tiembla y la palabra dios en su cabeza cambia por gracias, gracias, gracias, eso es todo lo que piensa
En la habitación, un sillón, en él, una mujer sentada de espaldas a su llegada. La puerta se cierra detrás de él haciendo un poco de ruido. Ahora “a hard day`s night” suena, la mujer se voltea y lo mira sin ningún asombro. “por fin…” dice. Él respira fuerte y llora, llora como nunca lo había hecho y se arroja a los pies de su amada.
La humilde morada de la familia polaca de su novia lo había cobijado después de una noche plagada de excesos y lujuria.
Todo termino, al menos por ahora, pero no deja de pensar qué hubiera sido si…

lunes, 8 de septiembre de 2008

Mea culpa.

Hace tiempo que posteo nada en el blog y lo último que puse no es realmente algo muy elaborado, es más, no es para nada bueno, pero en fin, así están las cosas.
Todo aquello que deseamos nos lleva al intento de realizarlo, el deseo es un poco como nuestro motor para la acción. Hay momentos en los que el deseo no aparece tan claramente en uno, es ahí cuando el motor se queda sin combustible, esto es tan grave como pueda serlo, es decir, si lo que se pierde es el deseo de vivir, puede ser mortal, pero no exageremos, que no es el caso.
Lo importante es ver y aceptar, no siempre voy a desear algo o por lo menos no siempre voy a saber qué deseo, creo que en este punto no estoy solo, es más, creo que muchos no sabemos bien que deseamos y no me refiero a la totalidad de nuestras vidas, eso seria ahondar demasiado y no lo deseo, pero si me refiero a qué deseo hoy, en estos días.
Es por estos días que no encuentro una expresión de mi deseo referida a esto, mi blog, mis ansias por dejar algo escrito no son las mismas hoy, ya volverán, eso es seguro. Aun así, decidí que era pertinente dejar un mensaje haciendo un mea culpa de mi falta de protagonismo en la red por estos tiempos, no obstante, hay algo que ya estoy escribiendo para mis dos o tres lectores asiduos que espero que les guste o por lo menos no los aburra. Sin más me retiro por ahora, solo por ahora.

lunes, 11 de agosto de 2008

Cuando los idiotas florezcan

El mundo es un compendio de idiotas que, llegado el momento, florecen para dejar de serlo. Todo lo que creemos, sabemos y vemos es creado por idiotas. No hay mejor definición de un ser humano, es que la idiotez marca nuestro rumbo, pues, vamos derecho al desastre, no lo digo yo, es algo avalado por una parte de la comunidad científica. Pero no me voy a referir al calentamiento global o la polución o a algo de eso que destruye el planeta, yo me refiero a la historia de lo cotidiano, a eso que todos llaman vida. Y como rectora de nuestros pasos, la idiotez, nos da la oportunidad de chocar contra paredes de grandes dimensiones y aun así no nos damos cuenta de lo bueno que esto puede ser. Son estos choques los que nos alejan de la idiotez, esta intenta despegarse de la responsabilidad de gobernarnos, es por eso que los pocos que pueden ver la pared, no llevársela por delante solo por el hecho de que esté allí y logran decidir chocar, esos son los que pueden llegar a florecer y dar un paso hacia el entendimiento, no me refiero a este como el entendimiento desde algo filosófico o relacionado con el saber más puro, sino al simple hecho de ver como todo es en realidad un gran momento de goce por tener la chance de estar acá y aprecio por el otro, que comparte ese goce de estar acá. Esa simple ecuación de “no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hagan a vos” ya no rige para los idiotas. Somos todos muy egoístas, soy muy egoísta, pero que le voy a hacer, todavía soy un idiota, como vos.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Me persiguen o algo así


Lo que voy a comentar no es el resultado de una severa paranoia, es más, creo que no es siquiera preocupante, pero de todas formas lo aclaro porque sé que siempre existe esa persona que puede mal interpretar mis las palabras y tildarme de alguna especie de paciente psiquiátrico. Bien, hecha la aclaración, paso al relato de lo acontecido.

Desde tiempos inmemorables, el hombre ha dormido, es más, no creo que lo haya dejado de hacer desde su mismísimo nacimiento, me refiero al nacimiento de la humanidad como tal y al dormir al menos un rato por día, o después de algunos días, pero eso es para comentar en otro momento. Y desde tiempos, casi, diría yo, inmemoriales, nuevamente, la mejor posición para dormir ha sido la horizontal, después discutimos si boca arriba o boca abajo o decoté o en posición fetal o lo que sea, en fin, la cosa es que todos (otra vez, casi) dormimos y lo hacemos de mejor forma cuando estamos en una posición horizontal, salvo en aquel relato de Dolina en el cual después de tantos años de trabajar de sereno pegó la cama a la pared para poder dormir.
Muy bien, entonces. Todo comenzó cuando, por primera vez en varios años, logré deshacerme de todos los moradores del departamento donde vivo, de todos, claro esta, menos yo, bien, allí lo que ocurrió fue lo siguiente, y paso a relatarlo brevemente porque me estoy extendiendo y no recuerdo muy bien la idea principal de lo que quería expresar.
Al ya no tener la necesidad de usar la gran y un poco ruidosa cama cucheta que había en el cuarto tome acción y la desarmé, el tema era, es al día de hoy, donde dormir después de haber desarmado mi cama. Bueno eso es algo que he tenido pendiente desde entonces, me refiero a más de un año con el colchón en el piso, lo bueno es que hay alfombra y no queda tan feo y no se me corre el colchón de lugar, además es fácil de hacer la cama, pero aun así, la idea desde un principio era comprar una cama un poco más grande, como para estar bien cómodo, pero por a o por b siempre alguna excusa, esto no ha ocurrido aun.
A ver, este tema de que pase un tiempo hasta que haga algo, puede pasarme, pero lo extraño del caso es que más allá de las advertencias (más bien reclamos) que recibo por esta situación de colchón chico en el piso, he estado recibiendo otro tipo de presión.
Es terrible, en los últimos días no he dejado de ver colchones o señales de colchones y camas nuevas por todos lados, sobre todo en la calle, me persiguen las señales de que debo cambiar el colchón y la cama. Todo comenzó escuchando un programa de radio a la mañana en el que hablaron de los colchones y de cuanto tiempo dura realmente, ahí ya me di cuenta que mi colchón con o sin cama esta viejo, pero eso no bastó, todos los días tomo una colectivo al trabajo y siempre se frena justo en frente de una casa de colchones, o camino y veo casas de colchones y sus ofertas. Pero hoy esto llegó al punto más álgido, cuando al mediodía iba a encontrarme con mi hermano y familia a un conocido shopping del abasto, tuve que detenerme en una casa de colchones porque ya era demasiado, están en todos lados, por suerte ahí me controlé y solo frené en la puerta y vi un par de precios en la vidriera, no obstante lo peor estaba por llegar.
Como a las cinco de la tarde me tomé mi colectivo diario hacia el trabajo y ahí sucedió, justo en el momento en el que mi cabeza analizaba esta cuestión de las señales, el transporte público que me transportaba, que no valga la redundancia, se detuvo por una barrera baja en una vía de la línea San Martín, justo a metros del puente que se genera cuando sube, por así decirlo, la avenida Juan B. Justo, levanté la vista y vi pasar frente a mis ojos por arriba de ese mismo puente un camión de colchones cannon, misma marca que había visto en el shopping ese mediodía.
Ahora, mis preguntas son las siguientes:
¿Es todo esto realmente una señal de que debo cambiar mi lugar de descanso?
¿Es esto una señal de que duermo demasiado?, cosa que últimamente no he hecho tanto, creo.
¿Es que realmente debo cambiar mi colchón y mi subconsciente me guía a una búsqueda casi involuntaria?
¿Es que no tengo nada que escribir y pongo la primer boludes que se me ocurre?, que por otro lado es lo que siempre hago
¿Es todo esto un nuevo truco publicitario, una nueva forma de hacer publicidad personalizada y subliminal?
La verdad es que no lo sé, pero si sé que mi colchón esta viejito. Ah, jodido es el destino, son las dos y cuarto de la mañana y yo me tengo que hacer la cama.

viernes, 11 de julio de 2008

El arrepentido

Yo soy un arrepentido, me arrepiento de no haber comido un poco más, por vergüenza, en ese asado con la familia de mi novia, tardé tres meses en volver a comer asado.
Me arrepiento de haber elegido una cátedra difícil por hacerme el que quiere aprender más y que después me maten en los parciales.
Como me arrepiento de haber prendido ese pucho a la mañana que mando derecho al baño antes de ir a una clase y me hizo llegar tarde.
Me arrepiento de haber abierto ese coñac y no tomarlo, ahora se me evaporó la mitad y yo sigo sin tomarlo.
Me arrepiento de haberme comprado una remera violeta de pana que es fea, me da mucho calor y lo peor de todo me parece medio bala, por suerte no la uso.
Me arrepiento de haber usado un truco en un video juego para pasar de nivel, ahora llegué lejos, pero la partida esta viciada de nulidad.
Me arrepiento de cuando pasó el cometa Halley en el 86 (tenia seis años) yo salí a verlo y no lo vi por que me distraje, ahora pasa en el 2061, no creo que pueda verlo.
Me arrepiento de no haber comprado un disco de Pearl Jam de edición rara por rata y ahora no poder hacerlo, sería una joyita entre mis discos.
Me arrepiento de no haber ido a ver a los Rolling Stones cuando vinieron la última vez, igual no tenia plata.
Me arrepiento de tantas cosas banales, nada de demasiada importancia, por suerte.

viernes, 4 de julio de 2008

La creación

Hace unas dos semanas, tuve la suerte agregar un adjetivo a mi persona, la de tío, soy tío, a mi me gusta pensar que por segunda vez, porque es imposible no desear ser tío de Fausti también, pero esa es otra historia. No solo tuve la suerte de entrar en ese selecto y bien aventurado club de los tíos, sino que pude recorrer los mil kilómetros que separan mis dos hogares, para conocer al susodicho. Y ahí estaba, tan frágil como la escarcha de la primera helada en otoño, pero con un vinculo tan fuerte que hacia olvidar todo lo malo del mundo en estos días, a veces, tan virulento, y lo primero que se me vino a la mente es lo maravilloso de la creación.

La creación, uno ha leído del nacimiento de imperios, ha visto crecer estructuras tan altas que se pierden en el cielo, he visto nacer cachorros, obras de arte, nuevas músicas, inclusive he estado cerca de algún que otro nacimiento, pero ninguno tan cercano como este, ninguno tan especial o con tanta gracia. Ninguno me había demostrado la verdadera creación.

Una vez, en una prueba en la secundaria me preguntaron “en qué radica la debilidad del hombre”, hoy sigo sin respuesta, pero aprendí en que radica la fortaleza del hombre, lo que es millones de veces más reconfortante, y vive en la creación, en un nuevo ser humano. El ver a un ser tan puro tan insignificante ante tamaño mundo, pero también, un ser con tanta grandeza como nada y todo al mismo tiempo, la viva prueba de la fortaleza de la vida ahí, por unos instantes en mis temerosas manos, ahí pude ver en esos ojos que apenas se abrían de a ratos, todo el potencial de una personita, y era vasto, era mucho lo que vi.

La creación tal vez sea obra de dios, de la naturaleza o tal vez algo mágico, pero existe y en ese momento estuvo ahí, ante mi, tan maravillosa y única, que cuesta pensar que ocurra a diario, porque si sucediera cada mil años aun así, bien valdría la pena esperar mil más.

Me considero un buscador de sabiduría, humilde, muy humilde, pero buscador al fin, y sin embargo, en ese momento vi como toda la sabiduría de viejos milenios y nuevos años se esfumaba para contemplar algo tan único que puede dejar absortos a todos, inclusive, hacer que el más necio y tenaz de los sabios abandone su búsqueda de una explicación, no la hay, es tan solo eso, lo inexpugnable, lo mejor del ciclo de la vida, la vida misma, que va a llevarnos a la búsqueda de nuestras mejores voluntades en nuestro tiempo para hacer que todo, cada detalle, valga la pena.

Y es eso nada más, sumado al deseo de haber conocido a quien puede cambiar al mundo, auque sea su mundo, para repetir ese ciclo que ningún matemático podrá jamás calcular de forma tan perfecta.

jueves, 22 de mayo de 2008

GARCAS


Sin ánimos de ofender, pero son todos unos garcas. Desde el más inocente de los niños que pisa un insecto por curiosidad hasta el más reverendo hijo de puta que presiona un botón para reventar a miles. Creo que todos llevamos a un garca dentro nuestro, a veces lo exteriorizamos a veces no, a veces esta latente en nuestros genes, pero hay veces que el gen garca despierta y tenemos gente como, bueno muy garca, pónganle el nombre que quieran.

El mundo esta lleno de garcas, el país está lleno de garcas, todo funciona así, y la culpa no es del capitalismo, hay comunistas o socialista o anarquistas o lo que sea garcas, el tema es que somos básicamente garcas. El que el mundo siga girando tiene que ver con el grado de garquitud de la gente, hay gente menos garca, esos son lo que llamamos buenos, equivocadamente, porque son unos garcas disminuidos, pero garcas al fin.

Bueno era un pequeña reflexión que espero los prevenga y así poder andar por el mundo a sabiendas del pequeño garca que todos llevamos dentro y no tener grandes sobresaltos. Además, me gusta decir garca, sobre todo decir que son todos unos garcas, era eso nomás.

miércoles, 30 de abril de 2008

Reflexiones sobre algunas frases de canciones

  1. “cuando el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada”, mentira, si el mundo tira para abajo es allí donde vas a parar indefectiblemente, hay gravedad ilusos.
  2. “todo termina, todo tiene un final, no es eterna la vida”, obvio, de que otra forma puede ser, no hay que ilusionar a la gente con la vida eterna, es muy peligroso, además de estupido.
  3. “despiertame cuando pase el temblor”, que huevos que hay que tener para dormir durante un temblor, yo no podría, este muchacho esta alardeando, a mi no me engaña.
  4. “all you need is love”, una falacia, puede ser algo necesario, pero todo, me parece que esta gente exagera un poco, el amor no alimenta, es más, si es consumado, lo genera.
  5. “hago lo que puedo, puedo un poco más”, acá claramente hay una confusión, si puede un poco más, no hace lo que puede, este tipo es medio vago, por eso debe tocar el piano, así no se mueve mucho.
  6. “y alguien busca sin temor el número imperfecto”, y claro, qué temor va a generar la búsqueda de un número, ninguno, a menos que sea en público, y dé vergüenza no encontrarlo, además no sé si hay un número imperfecto, me parece que acá nos están engañando.
  7. “no me excita cagar en el mar”, bueno, me alegro, de lo contrario estaríamos hablando de un degeneradito, de todas formas creo que vale la aclaración, hay mucha gente que puede pensar mal.
  8. “me lo dijo mi corazón en venta”, a ver, que mal está este muchacho, primero le habla su corazón, no es muy alentador, después pone en venta su corazón, yo diría que es un pésimo negociante, si corazón no se vive, por lo tanto no va a poder disfrutar de lo ganado, además, vender corazones es ilegal, lo que habla de un mercado negro, muy mal.
  9. “todas las hojas son del viento”, no, por qué, yo tengo hojas en casa y son mías, no se las pienso dar al viento, aunque, por otro lado, esto puede ser una denuncia de monopolio por parte del viento, eso sería un problema, ¿a quién le corresponde juzgar al viento?
  10. “pintarse la cara color esperanza”, esto es muy peligroso, el verde es el color de la esperanza, para mi que aquí tenemos un pequeño golpista o un fana de Aldo Rico, quien efectivamente se pinto la cara color esperaza, sinceramente no sé que pensar de este muchacho, para mi que de chico soñaba con ser militar.

miércoles, 23 de abril de 2008

Muerte en las calles (Los hechos aquí relatados son verídicos)

Hace un tiempo atrás, unos dos meses, tuve un inconveniente con una paloma. Si, estos animalitos pueden causar inconvenientes. Lo que aconteció en aquella tarde soleada fue lo siguiente: Dirigía me por la calle, en bicicleta, dato a tener en cuneta, cuando de repente llego al encuentro con un ave, la cercanía de este encuentro fue tal que logré divisar su especie, se trataba de una simple paloma, de las más feas, no de las blancas o blancas y marrón, era de las comunes, de las que hay millones en Buenos Aires. Confiado en la agilidad y rapidez de estas aves, no cambié el rumbo de mi bicicleta, pero me confié demasiado y estuve a punto de pisar la palomita (acá no hay metáfora o doble sentido), por lo que tuve que virar bruscamente, ya que no quería una muerte en mi conciencia, llevando mi camino derecho a un auto estacionado, por suerte nada ocurrió, nada más que el susto, tanto mío como el de la paloma. Acto seguido, lo único que atine a hacer fue maldecir a la paloma en cuestión y a toda su especie. Muy bien, esos son los hechos, en principio.

Al cabo de unos días, comencé a notar que por donde iba, ya sea en bici o caminado, encontraba cadáveres de paloma, por lo general uno en la calle ve alguno que otro, pero esto era demasiado, por lo que empecé a preguntarme si mi maldición había sido la culpable de tal matanza o simplemente estaba prestando más atención a los cuerpos de paloma que hay normalmente y uno no ve. Esto ocurrió unos días después del incidente con esa paloma perezosa o lenta, pero esto no termina acá. Luego de unos días en los cuales el conteo de cadáveres de palomas estaba en un grado normal, no recuerdo haber visto ninguno, me sentí relajado y me libré de culpas, pero eso duró poco. Hace unos días volvieron los cuerpos, el viernes pasado vi dos en unas pocas cuadras, lo que me devolvió cierta intranquilidad. Pero, para no asumir toda la responsabilidad y generar un grado de culpabilidad, aceptable, pero grado al fin, los invito a reflexionar esta situación desde diferentes ángulos.

Aquí dejo algunos pensamientos al respecto.

El primero, que las palomas no están exentas de los desmanes que provocan nuestros conductores imprudentes.

Segundo, que simplemente las palomas están teniendo un mal año en cuanto a accidentes.

Tercero, que he agudizado mi curiosidad, en cuanto a cadáveres de paloma se refiere y por lo tanto veo exceso donde hay normalidad.

Cuarto, que realmente cuando maldije a esa paloma, todo se volvió negro para esa especie de ave.

Quinto, que el destino me está jugando una broma macabra.

Sexto, que las palomas de esta ciudad se complotaron y sacrifican algunos especimenes para jugarme una broma macabra.

Séptimo, que no es una broma macabra, si no una lección acerca de las maldiciones, es decir, ten cuidado a quien maldices.

Octavo, hay alguien que esta combatiendo a las palomas a autazos.

En fin, se los dejo para que piensen un poco

jueves, 17 de abril de 2008

La competitividad y los cambios en el orden mundial (humo para nos, petróleo para ellos)


Todos los que somos de comer asado y en Buenos Aires no podemos, somos de extrañar mucho ese olor a asadito, el humo que sale del fuego que será brasa para alimentar la cocción de la maravillosa carne que tanto nos gusta, pero esto es un poco excesivo. Nos hemos ido muy lejos del nivel que nos pone un poco nostálgico al sentir un poco de olor a humo, realmente nos fuimos a la mierda, lo que me hace sentir mal como argentino, porque daña nuestro ego. Veamos, en esta semana o la anterior, se nos anotició del descubrimiento de nuevas reservas de petróleo en Brasil, parece que se trata de uno de los pozos o lagos de petróleo más grandes del mundo. Que reflexión me lleva estos dos hechos, el humo y el petróleo, dos cosas.

Primero, de ahora en más, lo que se hace llamar la división internacional del trabajo ha mostrado algunos cambios en cuanto a la designación de tareas o productos a explotar, dada las novedades que llegan desde Argentina y Brasil. Entonces, Brasil va a ser un gran exportador de crudo y derivados, lo que no me parece descabellado, es más me parece lógico, pero lo que me indigna y me hiere, es lo que le toca a la Argentina, parece que ahora vamos a ser los mayores vendedores de humo de la región (no me atrevo a decir del mundo porque se que hay alguno que otro un poco peor, por ejemplo convencer a una parte del mundo con el verso de las armas químicas), lo que me lleva a la segunda reflexión al respecto. Somos tan competitivos y tan truchos a la vez que para competir con la noticia del pozo petrolero más grande del mundo teníamos que hacer la humareda más grande del mundo, que papelón, a escalas internacionales, no podemos alegrarnos de nuestros vecinos los “macacos” (este termino no es de mi agrado, pero fue utilizado por algún alto, más bien petiso, ex funcionario argentino), pero no, había que tapar todo con una gran cortina de humo, como somos eh, debería darnos vergüenza, aunque por otro lado, que se le va hacer.

miércoles, 9 de abril de 2008

El Pancho Gaucho*, un invento argentino.


En momentos de pérdida de identidad nacional o de generación de una nueva, siempre es bueno revisar los anales de la historia de un país tan rico en cuanto a invenciones se refiere. Con este afán de revalorizar lo nuestro, un amigo cibernauta nos hizo llegar un fuerte reclamo, que no fue tan fuerte, en realidad fue una sugerencia, pero no obstante nos hemos sentido en la obligación de hacer eco de esta y dejar de hacer oídos sordos a la gente común, que puebla esta patria que es tan grande como ninguna, carajo!!!!! Perdón, hay veces que nos excedemos en halagos patrióticos y pecamos de entusiastas*1.

En este caso el fuerte reclamo o sugerencia, como deseen llamarlo, esta relacionado con la existencia poco conocida de lo que se ha dado a llamar como el pancho gaucho, pero debido al gran éxito comercial del famosísimo pancho carioca, su figura a quedado más que opacada, diría yo. Hoy en día su presencia es nula en la mayoría de las pancherias y bajoneros del territorio nacional.

Pero este casi extinto animal de la fauna embutida no se nos va a escapar, lo vamos a rescatar, cueste lo que cueste.

Tras los pasos del último pancho gaucho

En la mañana del jueves 1ro de diciembre del 2011, recibí un llamado que esperaba con grandes ansias, era mi informante y remisero, Cacho, que tenia muy buenas noticias, pero debía dármelas personalmente.

Tras desayunar algo livianito, iba a ser un día muy gastronómico, fui a encontrarme con Cacho en el café de los informantes. Allí, Cacho me detalló como había estado toda la noche comiendo panchos en todo buenos aires y el conurbano, para ver si podía localizar al último pancho gaucho, pero me dijo que en ninguno de los más de doscientos puestos de comidas que había visitado sabía siquiera de la existencia del pancho gaucho. Es ahí donde comencé a desanimarme, pero, Cacho era de generar desilusiones momentáneas, así que esperó que este completamente desanimado para darme las buenas noticias.

En un puesto en Lomas de Zamora, un viejo cliente le comento que sabía de un lugar en el interior del país donde podía encontrar al pancho gaucho, y que no era muy lejano. Este lugar era nada más y nada menos que General Pacheco, otra vez nuestros destinos se unían. Era una desagradable sensación la que lleno mi ser, qué, todo ocurre allí, la puta madre.

Bueno, le pedí a Cacho que me llevara hasta allí, pero estaba muy lleno de panchos como para manejar, así que me fui en colectivo, por colectora, muy lento, que desastre.

En fin, al llegar al lugar, otra vez los recuerdos de aquel aburrido momento con Roque me causaban gran pesar. Pero como siempre, la frente en alto, sobre todo, porque hoy no tocaba historia aburrida, me iba a comer unos panchos gauchos, aunque todavía no podía aseverar si su sabor iba a gustarme (suena mal, pero no sé como ponerlo).

Pero esa, esa es otra historia. En la próxima entrega, cómo es el verdadero pancho gaucho, de qué esta hecho y el nombre del bajonero que todavía los hace.

* El Pancho Gaucho no esta relacionado con ningún tipo de protesta o corte de ruta, cualquier coincidencia entre el término pancho y el término idiota es pura casualidad, aquí se define al Pancho como el similar argentino al famoso Hot Dog gringo o su envidiado par brasileño, el Pancho Carioca.

*1 Las opiniones aquí vertidas no corresponden al buen saber y entender de quien suscribe, el tema es que no sabia que poner. No obstante, me gusta este país.

martes, 8 de abril de 2008

De encuestas y resultados


Para comenzar debo advertir que la naturaleza de estas líneas puede contener palabras con una fuerte connotación peyorativa y/o desagradable a la vista, porque uno las lee, cierto.

Primero refresquemos la pregunta: ¿A qué le cambiarían el color?

Bien, los resultados de la encuesta no me han resultado, valga la redundancia, sorprendente. Por qué digo esto, bueno, porque realmente la mierda tiende a ser despreciada por casi todos las persona, aunque debo admitir que en la red, los sitios relacionados a la mierda se cuentan de a miles. Bien, trabajemos sobre datos duros:

La mierda obtuvo el 50% de los votos, la sangre obtuvo el 33%, los semáforos y el baño el 8% ambos.

Qué podemos decir al respecto, no mucho, pero igual lo intentaremos. A seguir una serie de reflexiones provocadas por estos resultados.

Esta es una encuesta de mierda. A la mayoría no le gusta el color de la mierda, lo que es lógico, les recuerda a la mierda. La mierda goza de una imagen pública muy negativa. En definitiva, aquí creemos que el color no es lo único que hay que cambiarle, debería, además, de dejar de ser una mierda.

Los votos a la sangre pertenecen a unos asquerosos (no detestan la mierda) y cagones, con miedo a ver sangre. Los votos de la sangre no son de vampiros. Tampoco de hematólogos. Ah, no son la mayoría, tampoco los menos.

El 8% del baño, realmente debe tener un baño feo, por eso el voto.

El 8% restante, que es para los semáforos, creemos que se trata de un daltónico con ansias de venganza, por su condición, para que los demás se confundan.

Pero, lo más contundente, parece ser la aceptación de la gente al color del cielo, bien, me alegra.

En fin, las conclusiones son varias, pero como observamos, no son en lo más mínimo definitivas. Claro, si son doce votos nada más, tampoco se puede hacer magia, verdad.

Ah, el pancho gaucho se acerca, lo que pasa es que tenía el camino cortado o estaba cortando el camino, por eso la demora

sábado, 29 de marzo de 2008

Pagando deudas

Hace un tiempo prometí dar una mano a este mundo tan turbado por ideas irresolutas, como algún refrán o dicho. Bueno, es momento de cumplir con mi palabra, debo aclarar que esta ha sido una empresa harto fatigante, pues he debido indagar en lo más profundo de los anales de la historia de este país, pero poder dar con las respuestas a las dudas surgidas de estas maravillosas historias. Sin más, comenzaré.

“Le entró como Pacheco a los postres”

Tras un periodo de investigación considerable, un par de días, decidí que lo mejor era ir a la fuente, y así fue que emprendí mi viaje de descubrimiento, en búsqueda de la sabiduría de los que saben, de quien más sino.

Estamos en la localidad de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, donde esperamos para encontrarnos con un viejo historiador de la zona, que tengo entendido, me dará información muy valiosa al respecto de la relación que tenia Pacheco con los postres.

Un hombre de unos 70 años se me acerca con una sonrisa en su rostro. Me dice “¿vos sos el que pregunta por Pacheco y los postres?”, a lo que contesto afirmativamente. “¡Ja, ya nadie se molesta por Pacheco, ni siquiera los que viven acá!”

Para esas alturas la sonrisa se había ido, pero me dio la impresión de que tenía ganas de quejarse y luego hablaría, así que todo lo que tenía que hacer era escuchar como se quejaba un rato y me daría lo que vine a buscar.

“Pacheco fue un general que estuvo con Roca en la campaña del desierto, o así me parece, el tema es que tuvo dos hijos, gemelos, eran idénticos, esto fue hace más de un siglo” por fin las quejas terminaron y lo jugoso empieza a asomar.

“Lo que recuerdo, es una historia que mi abuelo solía contarme acerca de estos hermanos pachecos y su padre. Parece, que el general era alguien muy estricto, y como todo general, le gustaba dar órdenes y tenía la idea de que había que ser muy puntilloso en la crianza de los chicos, pues estos podían fácilmente convertirse en delincuentes, en vagos. Y así fue que se dedicó a criar sus hijos bajo un estricto régimen de reglas muy específicas, pensando que así sus gemelos serían grandes caballeros algún día. Pero claro que los gemelos tenían otros planes, al fin y al cabo eran chicos.”

Mientras tomamos el té en un café de una esquina céntrica, los minutos pasan y el relato es cada vez más aburrido, pero bueno, ya estoy acá.

“El general vivía en una estancia a unos kilómetros del pueblo, por lo que no se lo veía mucho, solo una vez por mes, que iba a al almacén de ramos generales y se abastecía de víveres para todo el mes. Ese día, era especial para los gemelos, pues les tocaba ir al pueblo con su padre, pero, solo podía hacerlo un hermano por vez. Esto fue así durante un largo tiempo, hasta que los muchachitos pudieran ir solos al pueblo, la regla nunca fue rota.”

Cada vez más aburrido y este señor que no va al grano.

“Los gemelos tenían una fascinación por lo dulce, pero por las reglas del general, lo dulce era muy racionado en la estancia, pero los gemelos hacían lo imposible por conseguir algo dulce. El tema es que cada vez que alguno de los gemelos iba con su padre al pueblo, este le daba algo de dinero y lo dejaba diez minutos suelto por el pueblo, como para que se divierta, eso si, solo diez minutos y tenía que estar en el almacén sin chistar.

A la edad de ocho años, uno de los gemelos encontró lo que sería una confitería, donde hacían postres de todo tipo. El gemelo descubridor, le contó a su hermano lo que había encontrado en el pueblo y así encontraron su mayor fuente de dulce. Así que durante los diez minutos que tenían en el pueblo los aprovechaban al máximo en esa confitaría atragantándose con todo los postres que podían comprar y consumir en ese tiempo. Pero el tema era que los gemelos nunca dijeron que eran dos, entonces todos los meses en la confitería veían entrar un Pacheco corriendo por la puerta y entrándole a los postres de manera desaforada, por lo que cada vez que veían a alguien muy atolondrado hacían referencia a este hecho, que con el tiempo terminó por ser “le entró como Pacheco a los postres”, y esa es la verdadera historia de los postres y Pacheco.”

Ahora si, esto es lo que vine a buscar, el viejito se queda en silencio por unos instantes. Mi cara es de gratitud, con una reverencia me levanto y me despido. Por un breve lapso de tiempo encuentro satisfacción en los resultados de mi búsqueda, pero al rato pienso” que historia pelotuda la de Pacheco y sus postres”, pero la investigación es así, muchas veces ingrata y con resultados magros, pero en ese momento recuerdo este mundo turbado por dudas tan profundas que pueden terminar por destruirlo, así que acabar con algunas de esas dudas es mi contribución, por lo que reflexiono y sonrío.

Gracias a Roque por su historia y a Cacho el remisero que me llevó a Gral. Pacheco y me hizo descuento a la vuelta.

Para la Próxima entrega: “hemos encontrado el pancho gaucho” y resultados y análisis de la encuesta: “la gente se cansó de tanta mierda”

miércoles, 5 de marzo de 2008

De lo banal y la gente


Tengo el desagrado, bueno, el agrado también, de comentarles que han llegado a este blog ciertos comentarios expresando grandes dudas, que sin su debida atención y posterior evacuación, pueden hacer de una vida apacible un calvario. Por lo tanto, debo anunciar que el tratamiento de estas dudas será prontamente tratado por quien suscribe, esperando lograr cierto grado de satisfacción, no solo con quienes requirieron la aclaración de los conceptos, sino de la comunidad en general.

Las dos dudas que se plantearon son las siguientes:

Cito “el pancho carioca es realmente originario de Brasil? En ese caso, por que no tenemos un pancho gaucho?”

Esta es una gran pregunta, sin lugar a duda llegaremos al fondo del asunto.

La segunda es: “le entro como Pacheco a los Postres", ahora bien, quien mierda es pacheco, y por que a los postres???”

Esta es un tanto difícil, por que involucra a una persona que aun no conozco, pero me pondré en contacto con quien corresponda para aclarar este asunto.

Bueno, con esto creo que queda inaugurada una especie de sección en la que trataremos de aclarar las dudas existenciales de la gente, así que manden sus dudas por favor a los comentarios, esto puede ser un servicio útil para la comunidad de dubitativos.

viernes, 29 de febrero de 2008

Que alegría, volví a la bici!!!


Después de unos cuantos días encerrado por estudio y con ganas de caminar, he retomado el curso normal de las cosas. Mi bici volvió a sus andanzas, por su puesto que conmigo al mando. Ah!!!, que lindo que es andar en bici en buenos aires, es muy divertido, además, debo admitir, tiene su cuota de adrenalina, de peligro. Ayer me di cuneta de como la extrañaba, mientras iba por Córdoba encarando la bajada que se forma después de Escalabrini Ortiz, que me permite disfrutar de un andar veloz y sin pedalear. Que lindo, esos bondis con los escapes rotos, las motos que se aparecen quien sabe por donde, los taxis que siempre saben a donde van o los mismos peatones que se mandan sin ver que mierda esta por partirlos al medio, ah, que disfrute, esas puteads a los que manejan como el orto, que emoción, que descarga.

Siempre me preguntan si no es peligroso andar en bici acá y yo contesto que puede ser, pero es más divertido que peligroso, eso si, siempre y cuando uno no sea un boludo que se manda por cualquier lado o que sea muy distraído, hay que estar atento, es un poco una jungla y a todos les importa muy poco si tenes paso o que seas un poquito más endeble que un scania frontal con cabina flotante, pero salvo eso, esta todo bien, ah, siempre con frenos, son un poco necesarios.

lunes, 25 de febrero de 2008

Todo lo que he pensado esta semana:

Cómo sería mi reacción si me gano el loto.

Cómo será mi reacción el día en que me reciba.

De qué forma puedo se más realista.

Cuando dejaré de pensar tanto.

Cuantas veces he usado el ascensor.

Donde me gustaría estar en diez años.

Cómo puedo dejar de fumar (en estos momentos tengo un pucho prendido en mi mano).

Por qué creo necesitar plata.

Necesito plata.

Si el domingo fuera un día de semana más, qué día sería su sustituto.

Por qué no soy Tom Yorke.

Por qué faltan monedas.

Qué puedo escribir para el blog.

Por qué no estoy estudiando filosofía en estos momentos.

Por qué compro cosas inútiles para mí, como un par de guantes de trabajo y un block de notas.

Para qué tengo unos vinos añejos si yo tomo cerveza.

Por qué mi televisor se ve oscuro.

Que poco usé la bici esta semana.

jueves, 21 de febrero de 2008

Crisis Musical Mundial




Estoy en crisis, y no como la de los japoneses o chinos donde crisis es oportunidad o algo así. Mi problema esta desencadenado por algo que varios pueden identificar como una virtud, la amplitud musical, me refiero a que soy muy abierto con la música. Si, es así, mi gusto por la música me ha llevado a un extremo del que me cuesta volver. Escucho muchas cosas de muy variado tipo, y no es que escucho heavy metal y new metal, ojala. Esto es algo que he venido digiriendo en los últimos meses, pero hoy la gota que rebalsó el vaso es haber pasado de escuchar a Timo Mass a Serj Tankian sin escala previa y no es la primera vez, recuerdo haber pasado de Pantera a Javier Malosetti, es algo terrible. No solo los cambios drásticos de estilos musicales me aquejan, sino, esto es lo peor de todo, ya estoy dudando de mi propio gusto musical, no se si las nuevas bandas que estoy empezando a escuchar valen la pena, estoy atrapado, dudo, no se si los últimos años de música han sido nefastos, es atroz. Me estoy quitando la posibilidad de discernir entre una bosta y algo bueno, es muy duro. Ya las bandas me suenan iguales. Cuando me ofrecen algo ya no tengo excusa para rechazarlo o si no me gusta algo termino dándome cuenta de que tengo discos de bandas muy parecidas y todo esto sin argumentos para defender mi postura, es como si todo (bueno casi, hay cosas que nunca cambian) me gustara. Que fea situación en la que me encuentro.

miércoles, 30 de enero de 2008

Pampa guacha

Las decidías de un argento en el medio de la pampa. La mala mañana.

Cuando me levanté a sacar la pava del fuego me di cuenta de la cantidad de mate que he tomado en toda mi vida y me dije basta, ya es suficiente. Entonces fui en búsqueda del café, pero no tenia. Medité por unos segundos que hacer de mi vida y decidí volver a tomarme unos mates, los últimos me dije.

A media mañana me puse las alpargatas y salí a la calle, pero me clave algo en el pie. Estupidas alpargatas, no solo me dan dolor de cintura por tener poca suela, ahora también me clavo cosas en los pies, ya no puedo confiar más en ellas, pero como las botas estaban sucias, no me quedó más remedio que seguir de alpargatas, eso si, a regañadientes.

Luego del incidente del pinchazo, levanté la frente y encaré para el mercadito de la esquina con la intención de comprar unas verduras y un poco de carne para un pucherito, rico, como el mi abuela, pero otra vez la suerte se me había escapado. Cerrado por vacaciones, pero si estamos en invierno, no hay vacaciones en esta época. Bueno, volví para la casa, a ver qué comer, arroz otra vez no y no tengo nada más. Otra vez a meditar por un rato. Ya me decidí, hoy me como un asado y que se vayan a cagar. La carnicería más cercana estaba a unas quince cuadras de casa, así que tomé coraje y salí patinando en el barro con las alpargatas pinchadas para allá. En el camino me cruzo con un amigo que me dice que le robaron y si le puedo ayudar con unos pesos, bueno, somos amigos, pero tengo poco cambio y le doy grande, ahí se fue la mitad de mi asado, ahora toca asadito, sin chori ni morcilla, pero ¡que va! Con una tirita y un poco de pan estoy hecho.

Llegando a la carnicería ya me voy paladeando el asadito que me voy a comer, pero no me quiero ilusionar mucho, a ver si todavía también están de vacaciones. Me freno a unos metros y noto que estaba abierto, una buena para mi panza. Llegué a la puerta con la boca llena de baba, que hambre, ya son las once y media, me tengo que apurar sino se va hacer muy tarde.

Al entrar me saluda el carnicero y me dice que tiene un capón que no puede ser. Le digo que no me alcanza, sino encantado. Le pido una tira, es de medio kilo, llego justo, pero sin pan, no me importa, la tira es tiernita, me la llevo.

Cuando salgo del lugar empieza a llover, pero no es mucha agua, no me molesta. A mitad de camino a casa me acuerdo que dejé la leña afuera, me tuve que apurar para que no se me moje.

Llegué a casa como los bomberos, revoleando la tirita, no va y se rompe la bolsa y la carne cae al barro, pero ¡que día! Después de lavar el asado voy a ver la leña, toda mojada, me cacho. Bueno, con un poco del kerosén de la estufa va a prender igual.

Ya son las doce y todavía no prendí el fuego. Acomodo la parrilla, pongo los tronquitos finos para que arranque fácil, un poco de kerosén, un fósforo y listo. En el primer intento se consume el combustible y los troncos nada, las astillas quedan negras nomás. Bueno, vamos con otro intento, hoy me como un asado y que se caguen todos.

Después de casi una hora de intentar, ya me gasté más de la mitad del kerosén y el fuego sigue sin prender, encima acá a la noche refresca y la estufa no me va a durar mucho con tan poco combustible. Bueno, ya es tarde, tengo hambre, pero guardo la tirita en la heladera para otro momento. Mejor me voy a dormir un rato a ver si me pasa algo, con esta suerte nunca se sabe.

jueves, 24 de enero de 2008

RETORNADO

He vuelto del paraíso, sin escalas al infierno. Por suerte para mí, el infierno esta encantador.

Una cortita para volver:

Algo que ansío: Que ganas de entrar a un gallinero con un bate de béisbol.

Algo que desconozco: ¿Por qué la gente disfrazada de algún muñecote genera violencia?

Algo con certeza: Regar zapallos lleva tiempo, pero las bolas en las acequias es un buen premio.

Algo que vi: Un muerto en la ruta, por lo visto no nos importa aprender

Algo que me robaron: El treinta de diciembre me robaron una hora, la que habría desperdiciado, pero me la robaron igual.

Algo que escuché: Bersuit en vivo en la playa, pero con mucho viento, frío y pocas ganas, sacando eso estuvo bueno.

Algo que no pude hacer: Pescar, solo lo intente una vez y las putas carpas saltaban pegadito a la boya. Jodido bicho.

Algo que no quise hacer: Preocuparme por el precio del barril de crudo.