sábado, 24 de julio de 2010

Invierno

Con las manos siempre frías, con los pies siempre fríos, con las orejas siempre frías, caminar por los días del invierno pareciera poco justo.
Es que el sol que nos gobierna parece tan lejano, tan débil, tan fácil de mirar fijo que no pareciera el mismo que en veranos pasados nos cegaba en un instante.
Es que las hojas del otoño ya no están ni en las veredas, solo charcos y esqueléticos árboles esperando ser salvados de la inevitable estación.
Es el invierno quien domina, son sus tardes cortas, sus noches largas, muy largas, es el frío que nos asusta, es la enorme cantidad de ropa que nos abraza y nos incomoda el andar.
Son los paisajes que pierden colores, son los grises que ganan paisajes, todo parece más sucio, aburrido, soso, por así decirlo.
Y dentro los cuartos están las sabanas frías, esas que deseamos compartir, las que nos dan refugio del frío mundo que se asoma en la ventana.
Ese mundo frío que sólo nos invita a quedarnos contemplándolo para dale envidia de ese abrazo silencioso y de miradas perdidas que se gesta en esa cama.
Todo se sumará y terminará de cobrar sentido cuando este invierno nos encuentre caminado un mediodía con un cielo despejado y ese pobre sol disminuido nos ilumine la pálida cara para sacarnos una sonrisa, ese es el instante que debemos ir a buscar.

jueves, 15 de julio de 2010

Pequeñas risas


He notado últimamente una mayor cantidad de pequeñas risas, de esas que solo se escapan, sin permiso ni aviso. No lo sé con seguridad, pero creo que se han incrementado, es más, este incremento es notable. Por lo que deduzco que ya no tengo dudas al respecto. Creo que lo mejor de estas pequeñas risas es la espontaneidad con que se dan, son simplemente eso, pequeñas risas, eso me gusta mucho, su génesis es simple, no dan lugar a segundos pensamientos o complicaciones de cualquier tipo. Son recuerdos que solo vienen, gratos recuerdos, son chistes fáciles, son esa musiquita veraniega que cae en medio del frío invierno para recordarnos que el calorcito llegará, eventualmente, llegará. Son risas que buscan un cómplice sabiendo que el único en la habitación es uno, es esa mirada socarrona que nos permite volver a esa cara de pícaro que teníamos de chico, son esos golpes con dolor a dulce, creados siempre por una torpeza, son el pensamiento que nos lleva a imaginar que pasaría si hacemos una travesura. Como no notar una mayor cantidad de pequeñas risas, si son las que nos alegran el camino, las que nos dan un brillo en la cara, las que nos hace cómplices de nosotros mismos, "que nadie sepa, pero estoy básicamente contento". Para mi esas pequeñas risas me llevan a ser más básico, más simple, es estar contento, por qué, no importa, no lo sé, si hay motivos, son pequeños. Otra cosa que me gusta mucho de estas pequeñas risas es que se van, se van rápido, pero no hay nostalgia o sensación de vacío, solo cumplen su propósito, es más, son perfectas, solo espero que sigan viniendo a visitarme, a alegrarme el día.

domingo, 4 de julio de 2010

Volveremos a ser



Cuando el árbitro señaló el final del juego todo pareció una mentira, esto no es posible, pensé. La desazón de saber el presente, nos quita la posibilidad, la simple posibilidad de una alternativa más cercana a la deseada. Ya hemos pasado por esto, ya sea hace cinco minutos o hace cuatro años, pero ya está, esto parece ser todo por ahora. El futuro solo nos invita a esperar, solo debemos esperar, porque tenemos la suerte de ser simples espectadores y no nos toca trabajar para volver a tener posibilidad de ser otros, de llamarnos campeones o por qué no los mejores. Tenemos la suerte de sabernos con nuevas posibilidades, sabemos que podemos, que ellos pueden, que ellos nos lleven a una nueva contienda, nos den unas nuevas esperanzas. Repito, solo debemos esperar que ellos sepan hacer lo que saben hacer, eso que tanto nos gusta. Guiados por el que será el mejor guía, por el mejor camino posible, con el mejor resultado posible. Somos afortunados, porque sabemos que esa posibilidad volverá solo con esperarla, porque así nos toca ser, buenos en lo que somos buenos. Ellos volverán a dejar dudas, certezas, discusiones, acuerdos, ellos volverán a darnos las polémicas que acaloran nuestras discusiones, como si de decidir el futuro de un Estado se tratase. Solo hemos frenado antes de lo deseado, pero eso es está vez. Hoy nos ataron la garganta, nos golpearon donde, sabemos, duele más. No confundamos un fracaso con una oportunidad perdida, porque perder siempre será una posibilidad más, como lo es ganar, una posibilidad más.
Que jornada gris, que jornada triste, que jornada orgullosa, pero esto ya pasó antes y volverá a pasar, no se ganan todas, pero no se pierden todas, no nosotros, no perdemos todas, porque sabemos, no solo lo deseamos, lo sabemos. Qué decir, como me dijo un amigo una vez, no hay que tenerle miedo a un juego que da revancha, porque de eso se trata, de un juego que da revancha, nada más y nada menos.
A su salud jugadores y cuerpo técnico.