miércoles, 8 de octubre de 2008

Hojas sueltas

Ayer, por dar a usted un momento en el tiempo, en la calle donde viven tantas gentes, por decir de un lugar, se me perdieron las ansias de una derrota, porque, paradójicamente, la encontré. Esa tarde fui derrotado, abatido, como el peor de los roedores, cazado por la majestuosa ave de rapiña, la que todo lo alcanza. Y así fue que no opuse resistencia a los ataques, claro, por mis ansias. La derrota enseña, dicen algunos, pero yo no he aprendido nada, solo perdí mis ansias y tal vez, mi voracidad por saber que ocurre, los encuentros, ya no son lo mío.

Y es así que pedí el sentido, aun no lo recupero, pero no me molesta, mientras nada tenga sentido aquí, yo no voy a estar desubicado, pero me preocupa otra cosa. Lo difícil que puede ser perderlo todo, uno normalmente nunca pierde todo, solo algo. Pero perderlo todo, eso es algo fantástico, imposible, aun así, sucede todo el tiempo, en nuestro alrededor, solo que tenemos el problema de haber perdido la aceptación de lo cotidiano y hemos anestesiado esta cotidianeidad con mucha, pero mucha normalidad.

El gran plan que hay en todos, ese que está latente, solo saldrá a la luz en la situación correcta, creo que el pederlo todo lo amerita, por lo menos una insinuación a este. La verdad, ya nada importa, porque ya nada tendrás. Perfección en la ausencia, ese es el logro de perderlo todo, para muchos es suficiente como para descansar en paz, pero para otros, la perfección es solo el comienzo del fin, eso los pone un poco nerviosos y muy temerosos.

El fin es simplemente lo que viene después de todo, después de cualquier cosa viene el fin, no puede ser de otra forma. Después de algo o viene otra cosa o la nada, y ambas cosas significan el fin de ese algo anterior, así que temer, nervios, no hay motivos, convivimos con el fin en todo momento, pero otra vez, no lo aceptamos y ahí quedamos pasmados por lo abrumadora que puede ser la verdad hecha un golpe de puño al mentón, mi derrota, quisiera poder aceptarla, eso sería aprender de ella.

No estamos hechos para aprender de una derrota, siempre queremos volver a perder, al fin y al cabo, todo se trata de perder algo más que una pelea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias! creo q estaba esperando q alguien trate de convencerme de que la maldita teoria del "eterno retorno" no era mas q eso, una de las tantas teorias del mundo!... me molesta q pueda ser verdad... Imaginate lo terrible q seria que todo sea ciclico y vuelva y se repita sin modificarse un apice infinitamente... imaginate cada error cometido revivido y sufrido por primera vez, cada vez!!... prefiero la nada... eso por lo menos es un cambio... a veces prefiero mutar...
Me gusto tu blogg!
pd: escribo mal; perdon si hay errores de ortogrfia... me entuciasme! ja

Juan Manuel Moyano Latorre dijo...

gracias por el comenteario, me alegra, me alegra. Sin más, saludos anónimo!!!

"Cuasi" Hippie Girl. dijo...

Ana, es mejor q anonimo... jaja, saludos!!