En momentos de pérdida de identidad nacional o de generación de una nueva, siempre es bueno revisar los anales de la historia de un país tan rico en cuanto a invenciones se refiere. Con este afán de revalorizar lo nuestro, un amigo cibernauta nos hizo llegar un fuerte reclamo, que no fue tan fuerte, en realidad fue una sugerencia, pero no obstante nos hemos sentido en la obligación de hacer eco de esta y dejar de hacer oídos sordos a la gente común, que puebla esta patria que es tan grande como ninguna, carajo!!!!! Perdón, hay veces que nos excedemos en halagos patrióticos y pecamos de entusiastas*1.
En este caso el fuerte reclamo o sugerencia, como deseen llamarlo, esta relacionado con la existencia poco conocida de lo que se ha dado a llamar como el pancho gaucho, pero debido al gran éxito comercial del famosísimo pancho carioca, su figura a quedado más que opacada, diría yo. Hoy en día su presencia es nula en la mayoría de las pancherias y bajoneros del territorio nacional.
Pero este casi extinto animal de la fauna embutida no se nos va a escapar, lo vamos a rescatar, cueste lo que cueste.
Tras los pasos del último pancho gaucho
En la mañana del jueves 1ro de diciembre del 2011, recibí un llamado que esperaba con grandes ansias, era mi informante y remisero, Cacho, que tenia muy buenas noticias, pero debía dármelas personalmente.
Tras desayunar algo livianito, iba a ser un día muy gastronómico, fui a encontrarme con Cacho en el café de los informantes. Allí, Cacho me detalló como había estado toda la noche comiendo panchos en todo buenos aires y el conurbano, para ver si podía localizar al último pancho gaucho, pero me dijo que en ninguno de los más de doscientos puestos de comidas que había visitado sabía siquiera de la existencia del pancho gaucho. Es ahí donde comencé a desanimarme, pero, Cacho era de generar desilusiones momentáneas, así que esperó que este completamente desanimado para darme las buenas noticias.
En un puesto en Lomas de Zamora, un viejo cliente le comento que sabía de un lugar en el interior del país donde podía encontrar al pancho gaucho, y que no era muy lejano. Este lugar era nada más y nada menos que General Pacheco, otra vez nuestros destinos se unían. Era una desagradable sensación la que lleno mi ser, qué, todo ocurre allí, la puta madre.
Bueno, le pedí a Cacho que me llevara hasta allí, pero estaba muy lleno de panchos como para manejar, así que me fui en colectivo, por colectora, muy lento, que desastre.
En fin, al llegar al lugar, otra vez los recuerdos de aquel aburrido momento con Roque me causaban gran pesar. Pero como siempre, la frente en alto, sobre todo, porque hoy no tocaba historia aburrida, me iba a comer unos panchos gauchos, aunque todavía no podía aseverar si su sabor iba a gustarme (suena mal, pero no sé como ponerlo).
Pero esa, esa es otra historia. En la próxima entrega, cómo es el verdadero pancho gaucho, de qué esta hecho y el nombre del bajonero que todavía los hace.
* El Pancho Gaucho no esta relacionado con ningún tipo de protesta o corte de ruta, cualquier coincidencia entre el término pancho y el término idiota es pura casualidad, aquí se define al Pancho como el similar argentino al famoso Hot Dog gringo o su envidiado par brasileño, el Pancho Carioca.
*1 Las opiniones aquí vertidas no corresponden al buen saber y entender de quien suscribe, el tema es que no sabia que poner. No obstante, me gusta este país.
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